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14 de junio de 2010

¿Mala suerte? No, gracias.

Cuando te diagnostican la enfermedad celíaca lo primero que piensas es ¡qué mala suerte!, pero la mala suerte se puede combatir con buena suerte. Y la buena suerte se debe buscar.

Hablando de suerte, este fin de semana fuimos con unos amigos al Casino Gran Madrid Torrelodones a probar suerte. Bueno, realmente fuimos a cenar y a tomar unas copas, pero también probamos suerte en la ruleta (sin éxito, claro).

Merece la pena ir a conocer el casino. Es muy bonito y elegante. La entrada cuesta 3 euros. Tiene varios restaurantes. Nosotros fuimos a un buffet que se llama La Cúpula. Yo iba predispuesta a pasar hambre porque pensaba que no tendría muchas opciones, así que comí algo antes de ir para no morir de hambre, pero me sorprendió gratamente la cantidad de opciones que había. (Nunca he tenido ningún problema en comer dos veces).

El maître me acompañó por las diferentes áreas del buffet explicándome las cosas que podía comer y las que no. El principal peligro del buffet es la contaminación, ya que la gente suele servirse diferentes alimentos con el mismo cubierto, sin embargo como cada bandeja tenía sus cubiertos de servir no vi a nadie haciéndolo. La parte de ensaladas y comida fría era muy variada. Había muchas opciones sin gluten: espárragos con aliño de pimiento, ensalada tropical con frutas, vasitos de ensalada con aguacate, salmón relleno de piña, salmón relleno de queso, jamón serrano, quesos, almendras, etc. Las ensaladas estaban aliñadas con salsas tipo vinagretas y no con salsas tipo mayonesa. Luego había una parte de comida a la plancha en donde elegí un delicioso solomillo a la plancha acompañado de calabacín y tomates a la plancha. También tenían hamburguesas, pero me explicaron que la carne no la preparaban allí así que no podrían asegurarme que no tendría gluten. Para el postre, había una mesa llena de tartas a la que ni siquiera miré, pero había una zona de brochetas de frutas que eran una delicia. Unos pinchitos con moras y frambuesas, otros con fresas y otros con kiwi y piña. Muy buena opción para los celíacos. Lo mejor era una fuente de chocolate a la que era bastante difícil resistirse. Lo que me apetecía meter la lengua en la cascada de chocolate, pero entre tanta gente vestida tan elegante logré contenerme. De todas formas, las frutas estaban TAN BUENAS que no necesitaban el chocolate.